¿Quieres saber qué son los Linfomas?

El 15 de septiembre se celebra el Día Mundial del Linfoma, iniciativa de la Lymphoma Coalition para incrementar el conocimiento sobre esta enfermedad, permitiendo reconocer los síntomas y un diagnóstico precoz.

Linfoma es un término genérico que se utiliza para referirse a un grupo muy amplio de enfermedades malignas provenientes de los linfocitos, es decir, un subgrupo de los glóbulos blancos que forman parte de nuestro sistema inmunológico, relevantes por cierto en sus funciones. Los Linfomas suele localizarse en diferentes puntos de nuestro sistema linfático, por lo que pudiéramos considerarlos como cánceres líquidos. Tienen también otras formas de presentación clínica, como en el sistema digestivo o la piel, donde en una de sus formas recibe el nombre de Micosis Fungoides (muy desafortunado el nombre por cierto).

El Dr. Thomas Hodgkin describió por primera vez la enfermedad en 1896 y el la bautizo con su nombre, la llamo simplemente Enfermedad de Hodgkin, posteriormente se acuño el término de Linfoma de Hodgkin para referirse a ella.

Los adelantos científicos del siglo XX nos mostraron que más allá de la Enfermedad de Hodgkin, había muchas otras variantes, grupo al que se denominó simplemente como Linfomas NO Hodgkin (LNH) para diferenciarlos de la enfermedad originalmente descrita por el Dr. Thomas Hodgkin.

Los años venideros trajeron más “avances” y los Linfomas se empezaron a caracterizar y a clasificar, primero por su forma y las características físicas de los linfocitos afectados. Así surgió la primera clasificación morfológica conocida como la Clasificación de Rappaport. Poco después Lukes y Collins hicieron una propuesta de clasificación esencialmente por sus características inmunológicas, pero no fue sino hasta los 80`s que se integraron estos conceptos en una nueva clasificación. Se incluyeron elementos tanto morfológicos como inmunológicos y dieron lugar en Palo Alto California a la famosa clasificación denominada “Working Formulation” utilizada para los LNH, actualmente una actualización de esta, la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (WHO), es la vigente.

La original Enfermedad de Hodgkin en cambio, ha quedado con sus 4 variantes morfológicas y la única diferencia en la actualidad es la presencia de algunas expresiones antigénicas particulares, ejemplos CD 3, CD 10, CD 20 y CD 45 como las más destacadas, por cierto también aplicables ampliamente a los LNH que hoy contienen una verdadera “ensalada” de elementos y los hacen muy complejos.

La Enfermedad de Hodgkin se presenta mayoritariamente en dos “picos” de incidencia, uno de ellos en personas jóvenes y el otro en adultas mayores. Mientras que los LNH son definitivamente más frecuentes en la población adulta que en la infantil, lo hacen de manera muy diversa e incluso abigarrada, afectando tanto al sistema linfático y sus diversas estaciones ganglionares, como a órganos del aparato digestivo, la medula ósea e incluso el cerebro, independientemente de su importante papel en la Inmunidad. La red linfática funge también como un “sistema de drenaje y vía de transporte” de la linfa en nuestro organismo de manera muy bien organizada.

Para fines prácticos los LNH se dividen en indolentes (que se propagan lentamente) o en agresivos (que lo suelen hacer de manera mucho más rápida), no obstante, las terapias disponibles en la actualidad son altamente efectivas para este tipo de padecimientos y la posibilidad de curarlos es absolutamente real.

Los sintomas más comunes son la presencia de ganglios aumentados de volumen y consistencia en las regiones del cuello, las axilas o las ingles principalmente, a menudo el bazo o el hígado estan agrandados, la fiebre, la sudoración excesiva y frecuentemente nocturna y la pérdida de peso, son también manifestaciones clínicas frecuentes.

El mejor tratamiento disponible para los Linfomas sigue siendo la Quimioterapia, frecuentemente se añaden fármacos esteroides en forma controlada y de manera frecuente también la Radioterapia, hay no obstante, inclusiones de fármacos recientes que han mejorado aún más el pronóstico de estos pacientes, cabe aquí hablar de las terapias dirigidas como los anticuerpos monoclonales por ejemplo.

Es claro que entre más temprano se haga el diagnóstico, más sencillo será accesar a una terapia con fines curativos. Como sucede en la mayoria de las enfermedades tumorales, un arribo tardío puede ser fatal a pesar de que estamos hablando de enfermedades con un alto potencial de curabilidad.

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Dr. Homero Fuentes de la Peña.
Especialista en Oncologia Médica.
Presidente de ProOncavi A.C.